jueves, octubre 01, 2009

De como decidí comprarme una moto...

Continuando con el tema del post anterior, me encontraba yo ponderando la compra de la motocicleta, y pues resulta que mi buen amigo @halikar es fan from hell de las mismas. No crean que es en el sentido de uso moto y soy malo. Todo lo contrario, su estilo es más como una actitud ante la vida, un medio de transporte alternativo con dejos de ecología  y un poco de rebeldía. Al mismo tiempo, surge en mi padre un extraño deseo a sus 62 años de comprarse una moto. Todos pensamos que era una crisis de la edad media pospuesta durante 20 años. El chiste es que @halikar me ayudó a encontrar la moto de mi padre, que por cierto resultó ser una carabela mini 100 modelo 68 o 75 (según le creamos a la factura, o al dueño anterior) en color azul turquesa muy cotorra.

Y fuimos a recogerla. Ese día no teníamos idea de realmente lo pequeña que es la moto, y pues @halikar iba super preparado con toda la parafernalia necesaria para montar una de estas maquinas de dos ruedas, o sea, casco de militar, guantes de piel y unos gogles amarillos muy cotorros. La sorpresa fue que si bien la carabelita andaba sin problemas, el tamaño hacia bastante difícil el poderla meter en el tráfico. Afortunadamanete ese día iba menjando la famosa "perrera", una ram wagon bautizada así por unos amigos que tenía. Y pues la trepamos y partimos en ruta hacía su garage temporal: la bodega de mi depa.

Una vez en mi depa no pude resistir la tentación de subirme (recordemos que no se andar en moto), y alentado por @halikar que me subo. Alguna vez monté una moto similar, la verdad es que no me acuerdo que era, y dí una vuelta a la manzana, pero afortunadamente recordaba lo básico, que para alguien que ha manejado automóvil durante 20 años sonaba como un invento de otro planeta: el clutch se acciona con la mano izquierda, se acelera con la mano derecha, se frena con esa misma mano y con el pie derecho, y las velocidades se accionan con el pie izquierdo. Finalmente fue una experiencia grata y cimentó mi decisión: Quiero comprarme una motocicleta, y la voy a comprar este año.

Y como todo en mí, hice los planes y definí que la compraría en un momento preciso en el tiempo futuro, específicamente cuando finalizara mi maestría y regresara de unas merecidas vacaciones. Corto estuve de definir la hora exacta de la compra. Aunque, curiosamente, aún no tenía decidido qué clase de moto me iba a comprar, pues resulta que hay clases de motos, dependiendo de su propósito, su construcción, su diseño, el tamaño de la cilindrada, etc. Y como últimamente me ha estado pasando en lo que emprendo en mi vida, mis planes no se asemejan a la realidad, y las cosas no resultan como me las imagine. Lo mas padre es que están resultando mejor, y con ello sólo puedo adelantar que esa moto la compré antes de lo que tenía pensado, definido, decretado y autorizado por mi otro yo, que cohabita en mi cabeza.

En el siguiente post les seguiré contando de este asunto que me trae bastante entretenido.

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